Ya son numerosos trabajos los que confirman el limitado éxito en el combate de las llamas de medios aéreos sin el apoyo de medios terrestres. El conocimiento de la productividad de los medios aéreos es fundamental para que la dirección de extinción determine de forma eficiente los medios de extinción necesarios en cada sector y, no se produzca una demanda exponencial, sin ninguna base técnica.

Sin embargo, la evaluación de la productividad de los medios terrestres es muy elevada y diversa, en base a las condiciones del escenario de fuego, a la tipología de la brigada, al tiempo de trabajo, al aspecto psicológico y al apoyo de otros medios. Existen diferentes metodologías para la medición de los rendimientos de las brigadas de bomberos forestales, optando en este trabajo por la observación directa mediante el cálculo de la distancia real trabajada. El artículo ha sido publicado en el Nº8 de la Revista de Incendios y Riesgos Naturales.

Los factores meteorológicos afectan al nivel de fatiga y al cansancio y, en consecuencia, se ha visto incrementada en estos últimos años a la par de las olas de calor. La velocidad del viento, aunque puede impedir o dificultar el desplazamiento, con esas velocidades es difícil se esté haciendo ningún trabajo, pues el fuego estaría fuera de capacidad de extinción. Las condiciones topográficas afectan también los rendimientos, pues se podrían hacer trabajos en curva de nivel y línea de máxima pendiente hacía arriba y hacía abajo. Finalmente, la vegetación o combustibilidad también afecta en gran medida al rendimiento operacional, existiendo vegetación más “amigable” que otra. No obstante, lo que más llama la atención de este trabajo es la influencia del cansancio y el aspecto psicológico en el nivel de rendimiento.

Junto a este artículo de divulgación, se ha presentado un trabajo científico y, se trabaja en una publicación científica, para poner “ciencia” y “estadística” a los valores obtenidos de la recopilación de información en incendios reales. Además, el apoyo de medios aéreos ha incrementado significativamente el rendimiento de los medios terrestres, disminuyendo la progresión energética del fuego y facilitando las labores de combate directo de las llamas.