Transcurridos cuatro años desde la celebración del III Taller, se hacía necesario de nuevo el desarrollo de un encuentro de trabajo que permita, en base a la presentación y recopilación de las experiencias vividas desde los dispositivos de prevención y extinción de incendios forestales de la CCAA y la Administración del Estado, intercambiar los resultados y consecuencias derivadas del análisis de los procedimientos operacionales adoptados.

Como en las ediciones anteriores, este evento permitió el avance en el conocimiento de las dificultades en el desarrollo y aplicación de acciones para mitigar el impacto de los incendios forestales y el análisis de soluciones estratégicas dirigidas a la ayuda en la toma de decisiones en los actuales escenarios de complejidad operacional.

La discusión entre ponentes y asistentes permitió la actualización e intercambio de las vivencias, la identificación de soluciones a los problemas analizados en los talleres anteriores, así como el establecimiento de nuevos retos para la mejora de los procedimientos operacionales en el marco de la seguridad y la eficiencia.

Las conclusiones del Taller fueron las siguientes:

Conclusiones generales

  1. Los tratamientos lineales tradicionales son ineficaces para la extinción de Grandes Incendios Forestales (GIF), siendo necesaria una gestión a nivel de masa o rodal.
  2. La gestión forestal no contribuye a que no arda el monte, pero sí contribuye a la necesidad de hacer más resiliente y resistente el territorio y, en consecuencia, a la minimización de los daños sobre los recursos tangibles y los servicios ecosistémicos.
  3. La mejor gestión preventiva del monte es, como su propio nombre indica, gestionar el monte, mediante una conciliación de intereses o corresponsabilidad de todos los actores y organismos y el establecimiento de unos objetivos estratégicos y una política forestal.
  4. Surge la necesidad de la potenciación y/o generación de un mercado de los productos forestales, que promueva una industria de transformación de las materias primas y de la demanda de esos productos.
  5. La gestión de la comunicación en emergencias, tanto a nivel interno como social, desempeña un papel esencial y exige formación, entrenamiento e inversión de los dispositivos de extinción.
  6. Los sistemas de emergencia son complejos y requieren de soluciones novedosas, demandando la concentración de esfuerzos en base al peligro potencial, al plan de ataque en ventanas de oportunidad, a la proactividad de los escenarios estratégicos y a la gestión de zonas de autoprotección de la población.
  7. La complejidad de la gestión de incendios forestales demanda de la colaboración entre ciencia y gestión para la ayuda a la toma de decisiones, si bien es requerido un feedback y una innovación constante.
  8. Las decisiones deben estar justificadas desde el conocimiento técnico y la capitalización de la experiencia, siendo necesario un avance en la acreditación y el reconocimiento profesional. La gestión de incendios requiere de una mezcla de experiencia más conocimiento y, para ambas realidades, necesitamos aprendizaje.

Conclusiones específicas

  1. La creación de la figura de Coordinador Logístico o área de logística propia en GIF, donde se acumulan una gran cantidad de medios aéreos para repostar y descansar, facilita la gestión del incendio.
  2. Surge la necesidad de una directriz técnica de operación de los medios aéreos en incendios forestales.
  3. La publicación de un procedimiento de relevos para GIF de larga duración, simplificaría y ordenaría la gestión y seguimiento de los recursos que deben incorporarse al incendio. En este sentido, se recomienda el relevo del staff de mando previo al resto de medios.
  4. La colaboración trasfronteriza y la ayuda entre comunidades autónomas constituye una gran oportunidad de aprendizaje y de mejora de los dispositivos de incendios.
  5. La declaración responsable como sistema de “autorización” puede constituir una herramienta eficiente para la ejecución de los planes de prevención y la reducción de los incendios por quemas.
  6. La simultaneidad de incendios y la afección a población son un gran problema que requiere de una mejora en la coordinación de los equipos de incendios con Protección Civil, Cruz Roja y los gobiernos locales o ayuntamientos.
  7. La gestión de las emergencias requiere de un soporte jurídico, organizativo y formativo frente al error. Se aprende más del éxito propio que del ajeno y también más del fracaso ajeno que del propio.
  8. La capitalización de la experiencia, de forma escrita, es muy necesaria, aunque ello conlleve un tiempo a los gestores y/o técnicos. Hay que aprender de lo ordinario para prepararse para lo extraordinario, es decir, controlar lo extraordinario con el conocimiento de lo ordinario.
  9. El refuerzo del dispositivo de extinción en base al riesgo es fundamental dado el cambio global y las herramientas tecnológicas existentes.
  10. Hay que trasladar a la población que se pueden mitigar los impactos de los GIF, pero no apagarlos dada la virulencia y peligrosidad de las llamas. Ningún técnico puede poner en duda o delegar su propia seguridad.

Fruto de todo este conocimiento vivido y, en parte aprendido, se ha escrito un artículo en el Nº7 de la Revista de Incendios y Riesgos Naturales.